
Y como cada vez que pienso en ella tengo alucinaciones, no pude evitar ver, donde se cruzan mis venas en la transparencia de mi piel, señales inútiles que marcan el camino que ya no lleva a ti. Y minuciosamente me hago heridas que, como miguitas sucesivas, gotean para marcar el camino de vuelta al país de Nuncajamás. Me parece que allí un día, ella y yo, jugamos a que éramos mayores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario