Me he pasado horas hablando con Lorena por teléfono. Le conté muchas cosas. Le gusta que le cuente todas mis historias fantásticas. Su curiosidad sólo es comparable a mis ganas de satisfacerla.
Lo bueno de las mujeres es que les gusta escuchar. El hombre también pone mucha atención a la hora de escuchar, pero sólo a sí mismo, no puede evitar ser un fanfarrón. Yo escucho y también soy un fanfarrón muy prudente.
1 comentario:
Sí que sois fanfarrones, sí, pero me gusta mucho escucharos, aunque seais fáciles de estudiar.
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