Cáspita!

¡Cáspita!

PIENSA MAL DE MÍ, MI AMOR, TE SIENTA TAN BIEN !

No me gusta la gente que me idealiza, me hacen sentir incómodo y al final siempre te acaban echando en cara no ser lo que tú, realmente, nunca has sido. Cuando me idealizan siempre ponen un listón tan desajustado... y se dejan tantas cosas fuera... Cuando hacen esto siempre me da la impresión, cuando me miran, que están enfocando la vista algo por detrás de mí, que parece que miran a alguien que está a mi espalda. Siempre tengo la tentación de girarme para ver quien está ahí detrás. No lo hago porque sé de antemano que no hay nadie. Estas personas viven en un mundo de transparencias mal enfocadas.
Hace poco me han dicho: “...eso que hiciste te hace parecer algo cretino, algo que no creo se corresponda con la realidad”. ¿Cómo es posible que no se diese cuenta antes de lo cretino que soy? Me pone en un compromiso; el de tener que aclarar mi grado de cretinismo, y lo poco que sé disimularlo. Lo que me deja perplejo es lo que ha tardado en percatarse, con lo evidente que resulta. ¿Y por qué dice que es algo que no corresponde con la realidad?, ¿tanto me había idealizado?, yo creo que es la realidad la que no se lleva bien con mi nivel de estupidez.
Prefiero a la gente que piensa algo malo de mí, me siento infinitamente más cómodo. Cuando alguien piensa mal de mí me encuentro a mis anchas, porque además de no deberle nada, me demuestra ser bastante torpe, y, no sé por que, ¡que bien me desenvuelvo yo entre los idiotas...! Además, me ofrecen una visión de mí muy entretenida. Verme por sus ojos perturbados es un ejercicio muy saludable. A veces, lo confieso, he promovido yo esas imágenes de mí, con el único fin de ver que pasa, de armar una imagen ficticia y desfigurada que me muestre desde un ángulo nuevo, y ver que cara ponen. Tanto los que me idealizan como los que piensan mal sobre mí pertenecen todos al mismo club: al de los que juzgan. Y juzgar, además de ser un ejercicio para porteras, conlleva tanto esfuerzo para tan poco resultado, cansa tanto, que se lo dejo todo para mis vecinas, ...a ver, si de paso, adelgazan. Vivan mis vecinas! Son las únicas que se preocupan por mí día y noche. Como yo de sus hijas. Ahora que lo pienso, ¿no me habré idealizado yo mismo y me crea un tipo muy gracioso?

1 comentario:

Julda dijo...

¿Cierto que juzgar es mejor dejarlo para otros?,en especial si el juicio es de necesidad, malo cuando no te queda otro remedio, más si no es en calidad de juez de primera instancia. Yo creo que debes ser un personaje elástico hasta en el espejo y que por alguna causa te cuesta admitir esa misma capacidad de adaptación en los demás. Tu elasticidad la utilizas por lo que intuyo para estabilizar al otro, sorprenderlo y dejarlo quieto y analítico mientras paseas por el ropero de tu repertorio con las posibles máscaras que en realidad ofreces a tus iguales jueces del monte Ido tejiendo la malla invisible que podría atraparte y que ignoras. Es de lo más gracioso, nada más hilarante...

Mi Bici

Mi Bici
Bicicleta anarco-fascista, estupendo aparato para pensar.
Dirección de correo: LVX@latinmail.com
LVX.anarcofascista@gmail.com