Cáspita!

¡Cáspita!

Tontinteligente

Ya dije en una ocasión que yo era un cultivo delicadísimo. Todo lo que me beneficia esta frío. Sin todas las condiciones que me resultan beneficiosas, más aún, exultantes, me vuelvo algo plenamente absurdo.

He llegado a una conclusión:
Cuando tu inteligencia no juega a tu favor, juega totalmente en contra.

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La Bicicleta anarco-fascista y el pensamiento ciclo-extático de Luis Vidal.

O como sustituir con inciertas consecuencias un pensamiento que se desplaza, con la habitual lógica, sobre la cadena de las causas estableciendo así un nítido discurso causa efecto, por una lógica difusa, apoyada en la intuición sinestésica, en el campo de las analogías como método de conocimiento, y en la disolución creativa de los resortes psíquicos del comportamiento. En conclusión, y gracias al fantástico aparato anarco-fascista biciclo, el pensamiento habitual, común, irrelevante y predecible, se convierte, mutatis mutandis, en un pensamiento discursivo-digresivo con altas cualidades metapoyéticas. O lo que es lo mismo; gracias a mi estupenda bicicleta, viajando en ella, me cambia al pedalear, como si moviese una maquinaria de Perpetuum Mobile, la forma habitual de pensar y empiezan a surgir, como de un Gran Generador de Poesía, fantásticas ideas que autoalimentándose me propulsan, a mí y a mi bici, a campos fabulosos en los que rige, despótica, la más inflamada de las imaginaciones.

Osea, ¡que chachi es cuando ando en Bici! ¡cuantas cosas increibles se me ocurren!

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Mecanismos internos de los engranajes
de la rueda trasera de mi Bici

Esquema del movimiento que realiza la rueda en su continuo giro que excita todas las imágenes que ruedan en mi cabezita propulsándome a nuevos campos del pensamiento experimental

JESUS IMPERMEABILIS

Hoy me despierto con la firme intención de investigar el hecho de que si Jesus se hubiese puesto un gorro de baño en la cabeza, este acto, a la fuerza, invalidaría notoriamente la evidencia de su naturaleza divina. Como así intentar demostrar que no es improbable que este hecho pudiese haber sucedido realmente. Todo apunta en esta dirección, si tenemos en cuenta que Corona de Espinas podría haber sido la marca de una popular cadena de artículos deportivos de la época, puesto que, debido a la conocida alta salinidad del Mar Muerto, resultaba imprescindible evitar mojarse el pelo para protegerlo de una sequedad que a la larga lo dañaría. A tal efecto proliferaban numerosos puestos ambulantes en sus orillas, donde se vendían todo tipo de protectores para la piel y la cabeza, con llamativos nombres publicitarios. Corona de espinas no dejaría de ser un gracioso e irónico ejemplo del humor judío. No tenemos constancia de que Jesus se bañase en el mar muerto, y probablemente en ningún otro sitio, era más proclive a separar las aguas a su paso, o a convertirla en vino, o, simplemente, a pasar por encima. Pero, sin embargo, nos consta al menos una inmersión en el Jordán a manos del Bautista. ¿Usó Jesus un gorro de baño en el Jordán?. Aún hoy en día sectas cristianas que practican el bautismo ritual por inmersión utilizan este tipo de protectores para el pelo, invalidando así, sin darse cuenta, todo carácter sacro. No hace falta ser un experto teólogo para adivinar la eterna contradicción entre el sentido de lo sagrado y un gorro de baño. A nadie se le ocurre ir a comulgar ataviado con semejante gorro, y si bautizásemos a un niño con uno puesto, nos perseguiría la incómoda sensación de que así no ha ingresado del todo en las beatificas huestes del cristianismo. Pero, ¡que larga tarea sería probar todo esto!. Por eso me doy media vuelta en la cama, cojo aire y pienso: “En fin...” Dejo que pase un breve tiempo, una pausa salutífera para que mi cabeza despierte realmente... y me levanto, me ducho en agua-fría-sin-gorro, y me preparo para otro largo tedioso día, que así Dios lo dispone.

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(Este pequeño excurso se lo debo a una imagen que me vino a la mente nada más despertarme. Lejanamente escuchaba en la radio que le preguntaban a un experto paleontólogo qué sentiría si se encontrasen y pudiese examinar los huesos de Cristo. Entonces yo pienso: debería sentir que se derrumba todo el templo secular del cristianismo, que se fundamenta no en una prueba, sino en la falta de ella: el no encontrar el cuerpo de Cristo en su tumba al tercer día. Entonces entro de nuevo en las brumas del sueño y de entre ellas me aparece la imagen de Cristo intentando ponerse un gorro de baño, de látex. Me sumerjo así en el sueño, y como estoy entrando en sus profundidades es normal que se diluya la lógica y el pensamiento fluya, y es entonces cuando llego a la delicuescente conclusión de que: en poniéndose un gorro de baño Cristo estaría negando su divinidad, derrumbándose así, con la marea de esa evidencia, las bases salinas del cristianismo. De algún modo se mezclaron hasta hacerse una, la idea de encontrar los huesos de Cristo, la demostración así de su humanidad, con la imagen de Jesus poniéndose el gorro. Oh! Hasta que punto puede llegar el absurdo humano.)

Para indagar más sobre mi fijación con los gorros de baño mirar: POR QUE NO PUEDO IR CON TERESA A LA PISCINA TOCADO CON UN GORRO DE BAÑO EN LA CABEZA y Soy un Snob Coruñes

Y para informarse sobre Jesus, el milhomes: Burger King of the Jews (Iesus Nazarenus Rex Burger Iudeorum)
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El bosque se ha ido al fuego. Y la Venus Verticordia.

Cuando no puedo escribir significa que todo lo demás va mal. Y si puedo escribir, todo lo demás da igual.


Por eso le tengo que agradecer a una pelirroja que, cuando yo volvía a casa en bici, sentada en el paseo marítimo, con su belleza prerrafaelita y sus arreboles, desafiaba en esplendor a la mismísima puesta del Sol. Todo lo tenía de un cuadro de Dante Gabriel Rossetti; los rizos minuciosos, los bucles precisos, la cara alargada que se armoniza con una mandíbula ancha y firme, y una nebulosa alrededor que prendía todo lo que le rodeaba de un vapor ligeramente rojizo. Era exactamente igual que la Venus Verticordia, pero con la suavidad de los 16 años. Gracias a ella he vuelto a escribir. Yo pensaba, al pasar a su lado: “por competir con tu cabello, cobre bruñido, el sol se pone en vano”, y el sol alboreaba en rojo y yo pedaleaba con más felicidad.
Y ponerse en el ocaso era lo que hacía Rossetti desde que se murió Elizabeth Siddal, su esposa; con ella enterró también, en la misma tumba, con su amor todos sus poemas inéditos. Sólo después de que sus amigos insistiesen volvió al cabo de los años a exhumarlos, para luego publicar Poems en 1870. No quiero imaginarme la escena, ni lo que pudo llegar a sentir. A mí me pasó lo mismo, pero tan profundamente los enterré, que ahora, por mucho que busco, que penetro la tierra como un cadáver, no los encuentro. Sólo de vez en cuando, como una aparición de ultratumba me cruzo -como hoy- con una chica que me da en la mano al pasar algo de lo que puedo escribir.

Cada vez que no puedo escribir siento todos los abismos. Y emigra al fuego el bosque.
Cada vez que escribo, siento que se acerca desde el bosque, con su color de fuego, una Venus Verticordia.
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A la mujer joven, Luis de Góngora: …por competir con tu cabello, / oro bruñido, el sol relumbra en vano...

Dalí y Edward Mulhare

Una conversación entre Dalí y Edward Mulhare (el señor mayor del coche fantástico). Dalí sugiere una nueva manera intuitiva de articular palabras familiares para que resulten más interesantes. Desde el principio muestra toda su pasión, todo su fanatismo español, que se desboca cuando pronuncia la iiiiiiiiiiii de butterfly. Sin embargo Edward Mulhare parece un pez frió y escurridizo, flojo y tenue, con su iii de inglés retraído. Dalí consigue que pronuncie varias veces butterfly, Connecticut y, cundo Dalí va a por la tercera, Otello, el otro ya no aguanta más y se raja, y lo despide flojo, aliviado, cortesmente, como un pez asustado. Que risa.

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Mi Bici

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Bicicleta anarco-fascista, estupendo aparato para pensar.
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LVX.anarcofascista@gmail.com